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¿Qué hacemos si tenemos materiales con amianto en casa?

Reportajes 08/10/2021 13:49:22

amianto

Ante la presencia de materiales con amianto, ¿qué hay que hacer? ¿Es necesario eliminarlo o no? Son dos preguntas que nos hacemos cada vez más a menudo en obras de rehabilitación o inspecciones de edificios. 

La intervención, de acuerdo a las indicaciones y recomendaciones que sobre el tema realizan las Administraciones, serían las siguientes.

Una vez detectada la presencia de materiales con amianto, para determinar si es necesario retirarlo o no, es necesario considerar dos situaciones:

Si lo que se encuentra, está en buen estado, no está sometido a manipulaciones, ni a la acción de vibraciones, roces, corrientes de aire, humedad o golpes, y su manipulación no presenta un riesgo de emisión de fibras el ambiente. Sólo en este caso se podría considerar no retirarlo hasta el fin de su vida útil o dejarlo instalado hasta su eliminación.

Cuando el material presenta riesgo de desprendimiento de fibras de amianto, por su estado de conservación, se deberá eliminar para evitar la emisión de fibras.

La toma de decisión requiere de un estudio previo en el que será necesario considerar la ubicación, la friabilidad, el estado del material, la accesibilidad al mismo y el uso de la zona afectada.

  1. En relación a su ubicación, es necesario realizar un plano detallado de la ubicación del amianto indicando su extensión y variedad.
  2. Es necesario también evaluar la facilidad de emisión de fibras al ambiente. Podemos distinguir diversos tipos de productos con amianto: los depósitos, los aislamientos térmicos, el cartón-amianto y, en menor grado, ciertas placas de falso techo, en las que las fibras de amianto están ligadas débilmente.
  3. El estudio evaluará también el grado de conservación del material. La presencia de grietas, humedades, desconchados, desgastes, etc.
  4. También se debe considerar si la zona con amianto es de fácil acceso, y por tanto el contacto con el material se puede producir de forma accidental, por ejemplo zonas de paso, cubiertas accesibles, etc; o si el contacto directo con el amianto sólo se puede producir de manera intencionada.
  5. Consideraremos también factores que puedan incidir en la posibilidad de emisión de fibras de amianto en el ambiente: la degradación de los materiales (revestimientos exteriores, tejados, aislamientos térmicos, etc.), la posibilidad de recibir golpes, vibraciones, corrientes de aire, manipulaciones en operaciones de mantenimiento, filtraciones y condensaciones de agua, etc.
  6. Y finalmente es importante valorar la utilización presente y futura del espacio, la instalación o la maquinaria y, especialmente, se tendrá especial cuidado en las operaciones de reparación y mantenimiento, en los puntos con amianto o en sus proximidades.

La ponderación de todas y cada una de las variables enunciadas en el apartado anterior, nos dará un conocimiento muy aproximado sobre la posibilidad de emisión de fibras de amianto en el ambiente, que nos permitirá actuar sin necesidad de ningún tipo de muestreo ambiental.

Por ejemplo, en situaciones donde se aprecia material friable degradado, debemos actuar directamente, dado el riesgo de exposición a fibras de amianto. Recordemos que los principios preventivos del artículo 15 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, 31/1995, nos dice que, en primer lugar, debemos evitar los riesgos y, después, evaluar aquellos que no se puedan evitar.

Como norma, no reparar el material que contiene amianto. Sólo se decidirá esta opción si la evaluación anterior nos indica que hay una posibilidad baja de que pasen fibras al ambiente. Es imprescindible, en este caso, hacer controles periódicos para garantizar que no se modifica esta situación.

En función del resultado de este estudio elegiremos una de las tres intervenciones indicadas abajo:

  1. Estabilización
  2. Confinamiento
  3. Retirada del amianto o eliminación

En las dos primeras, la intervención se lleva a cabo para evitar la liberación de fibras al ambiente. La tercera consiste en retirar o eliminar el amianto.

 

Estabilización

Esta operación se hará cuando el material no está degradado y queremos asegurar la durabilidad.

Consiste en aplicar, mediante proyección aerográfica y/o inyección, un material elastómero, en forma líquida, sobre el material de amianto para reducir la posibilidad de liberar fibras de amianto al ambiente. Esto se consigue, bien creando una membrana sobre la superficie (estabilización cobertera), o penetrando dentro del material y ligando los componentes (estabilización penetrante).

Hay diferentes productos comercializados como sellantes del amianto. En general, son composiciones a base de polímeros en dispersión acuosa que penetran e impregnan rápidamente todos los tipos de amianto, incluida la amosita y la crocidolita.

Un buen sellado debería ser capaz de absorber los impactos sin alterar su integridad, proporcionar un sellado elástico, ofrecer un buen comportamiento al fuego y tener una buena resistencia al paso del tiempo. Evidentemente no pueden afectar a la salud de las personas.

El punto débil de este tratamiento es la poca o nula resistencia mecánica del material estabilizado. No es aconsejable si el material puede recibir golpes durante su uso.

En ningún caso se debe pintar sobre el material con amianto, ya que el remedio puede ser peor que la solución. La pintura puede arrancar el material o emitir más fibras al aire. Hay que hacer pruebas de idoneidad para el producto antes de aplicarlo y establecer la durabilidad del tratamiento y las operaciones de mantenimiento a efectuar.

Esta operación limita la liberación de fibras en el ambiente, pero no limita la accesibilidad del material de amianto a las personas que ocupan el edificio. El costo de la aplicación es moderadamente bajo, aunque hay que llevar a cabo inspecciones periódicas para garantizar su buen estado.

 

Confinamiento

Es una barrera física entre el material que contiene amianto y las personas que ocupan el edificio, mediante una nueva estructura. Por ejemplo un falso techo, tabiques, recubrimientos de PVC o de acero en tuberías.

Esta solución no se puede utilizar cuando el soporte no es lo suficientemente consistente o se prevean trabajos de mantenimiento o de rehabilitación posteriores.

Esta opción puede ser utilizada conjuntamente con la estabilización.

Aunque el coste de esta alternativa sea más económico, implica un aumento de coste suplementario para los trabajos posteriores de mantenimiento y de retirada del amianto que, antes del derribo, es obligatorio hacer. Hay que llevar a cabo inspecciones periódicas para garantizar su buen estado.

 

Retirada del amianto

La retirada del amianto implica la eliminación de los Materiales Con Amianto (MCA), lo que supone evitar definitivamente los problemas de contaminación de fibras de amianto causados por la degradación de los MCA y los problemas de los trabajos de mantenimiento o de rehabilitación posteriores.

La retirada de MCA es la solución más extendida y la única para edificios e instalaciones antes de ser derribados, como indica el artículo 11.1.a del RD 396/2006: "En todo caso se eliminará el amianto de los materiales que lo contengan antes de comenzar cualquier operación de demolición, excepto cuando hacerlo implique mayor riesgo para los trabajadores"

La retirada la pueden realizar únicamente empresas autorizadas por la Administración, siguiendo las indicaciones del Plan de Trabajo, especialmente en lo que se refiere a los EPIs (Equipos de Protección Individual) y las condiciones de desmontaje, almacenamiento y transporte del material eliminado.

Un caso muy particular pero también muy extendido es el de las cubiertas de fibrocemento.

La Administración desaconseja doblar -cubrir- las cubiertas de fibrocemento, superponiendo sobre ellas cubiertas metálicas o de otros materiales. La razón es la siguiente:

  • En primer lugar, hay riesgo de que las placas de fibrocemento que se quieren doblar se rompan al transitar y trabajar sobre ellas.
  • En segundo lugar, al cubrir la existencia de las placas de fibrocemento en naves industriales, dependencias o locales, incrementa el riesgo de inhalación de fibras de amianto. Esto puede ocurrir, por ejemplo, si posteriormente se hacen manipulaciones o reparaciones en la cubierta sin conocer la presencia del amianto -en particular en los casos que se produzca un cambio de propietario.
  • Finalmente, la presencia de la cubierta de fibrocemento original, condiciona cada operación que se efectúe posteriormente, como podría ser la realización de una salida de ventilación o el montaje de cualquier instalación. La presencia del amianto representa un riesgo potencial.

Si a pesar de esta recomendación una empresa, previamente inscrita en el RERA, pretende doblar una cubierta de fibrocemento de la que aparentemente no se desprenden fibras de amianto, debe solicitar a la Autoridad Laboral la aprobación de un Plan de Trabajo, ya que la normativa obliga a presentar este plan para cualquier operación y actividades en las que los trabajadores estén expuestos a fibras de amianto o materiales que lo contengan, o sean susceptibles de estar expuestos.

En el caso específico de las operaciones de doblar cubiertas, el Plan de Trabajo, además de su contenido general, debe incluir los siguientes elementos:

  1. Certificación de un técnico titulado conforme la cubierta de fibrocemento está en correcto estado de conservación y no se desprenden fibras de amianto.
  2. Relación de las medidas que se adoptarán para reducir al mínimo el riesgo de que en un futuro puede originar la presencia del fibrocemento, tales como la disposición de etiquetas o carteles de aviso de dicha presencia, o bien la redacción de procedimientos de trabajo en previsión de actuaciones posteriores que afecten la cubierta de fibrocemento.

Ayudas a la financiación de la retirada de productos que contengan amianto.

Normalmente cada comunidad abre anualmente una partida de ayudas económicas para la retirada de productos que contienen amianto.

Para comprobar si podemos acceder a ellas debería consultarse con nuestra comunidad autónoma.

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